La novela relata la historia de una periodista que traslada a un torturador, enfermo de alzheimer, desde el asilo donde está ingresado a la ciudad en la que actuó durante la dictadura argentina, una situación que desencadena varios procesos tanto individuales como colectivos.
El jurado estuvo presidido por la escritora Almudena Grandes, quien destacó "la tensión, el tema elegido y la manera de contarlo". Consideró que no es una historia simple de buenos y malos sino que aborda los límites de la crueldad y que, además, "tiene un final sorprendente".
Ha obtenido varios premios regionales y nacionales, como el premio Juan Torres de Vera y Aragón otorgado por el Gobierno de Corrientes, el premio Peirotén de poesía otorgado por la Asociación Santafesina de Escritores y el premio Sol de América concedido a la trayectoria por el Instituto Guaynamérica de Posadas (Misiones). En 1997 su libro de relatos El Patrón del Chamamé ganó el Premio Unico de Narrativa Latinoamericana EDUCA, de la Editorial Universitaria Centroamericana (organismo editorial de 15 universidades públicas de Centroamérica, con sede en San José, Costa Rica). En mayo del 2000 se le adjudicó mención de honor en la Bienal de Literatura Latinoamericana de Valencia, Venezuela (Premio José Rafael Pocaterra), por el libro Complicaciones Intelectuales. En diciembre del mismo año obtuvo el Premio Alberto Lista, otorgado por la Fundación El Monte y el diario ABC de Sevilla, España, por su cuento "Los hijos de Rivas".
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