Punto de encuentro fundamental entre editores, autores y
lectores, las ferias del libro tienen una tradición de varios siglos que
comenzó en Europa como una forma de reunir a las diferentes figuras en torno al
mundo editorial.
Actualmente, la Feria del Libro de Frankfurt es la más
sobresaliente a nivel internacional debido al número de asistentes
especializados y a su creciente popularidad. En México, la Feria Internacional
del Libro de Guadalajara es la más importante del país y se encuentra también
entre las más relevantes del planeta.
Además, este tipo de eventos se ha especializado con mayor
frecuencia debido a que los públicos requieren de espacios que se concentren en
sus áreas de conocimiento. Es así como desde 1963 existe la Feria del Libro
Infantil de Bologna, la más importante en su tipo a nivel mundial y que celebra
en esta edición su 50 aniversario.
Recientemente, Ediciones El Naranjo obtuvo la mención
Bolognaragazzi Award 2013 en la categoría Nuevos Horizontes —para libros
publicados en América Latina, Asia y África—. Otorgado por la feria italiana,
el título condecorado fue Fiestas del agua. Sones y leyendas de Tixtla, volumen
en el que se exploran las festividades de la comunidad guerrerense a partir de
los textos de Caterina Camastra y Héctor Vega, quienes introducen a los niños
en las costumbres mexicanas, y de las ilustraciones de Julio Torres Lara, quien
explora en la gráfica elementos como el grabado para capturar nuestro folclore
característico.
En la Ciudad de México, el acontecimiento editorial de mayor
relevancia es la Feria Internacional del Libro de Minería, recién inaugurada y
que este año llega a su 34ª edición. En esta ocasión, los ejemplares de El
Naranjo estarán disponibles en el stand 1124, ubicado en la zona 11 de la
Planta Baja.
Las actividades que se realizan en esta clase de eventos son
diversas, cada una destinada a sectores determinados. Para los lectores, las
ferias del libro representan el momento para acercarse a sus autores favoritos
o para descubrir nuevos títulos en las presentaciones y en el recorrido a los
stands. Para los escritores e ilustradores, son la oportunidad de interactuar
con el público, mostrar su obra más reciente y de reunirse con editores para
entablar una relación de trabajo. Para los últimos, estos encuentros les
permiten reunirse con otros libreros para la compra y venta de derechos de
publicación, traducción o distribución; pero sobre todo son la ocasión perfecta
para la promoción de su catálogo. Lo más valioso es que —para todos— abren la
posibilidad de fomentar la lectura y continuar viviendo entre letras.
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