¿Quién de nosotros no se fascinó de pequeño con el mundo fantástico que descubre Dorothy Gale, luego de caer inconsciente y de que su casa quedara atrapada en medio de un tornado?
Muchos de nosotros recordamos a la Bruja Buena del Norte y el consejo que le da a Dorothy de viajar a Ciudad Esmeralda para que el Gran Oz, poderoso Mago y gobernante de la bella ciudad verde, le indique lo que debe hacer para regresar a su hogar.
Sin olvidar a los amigos que Drotohy hace en su camino. Un espantapájaros parlante que encuentra en medio de un campo de cultivo, y que se une a ella pues quiere que el Gran Oz le otorgue un cerebro. Un hombre de hojalata que se ha quedado inmóvil, oxidado, cuando una lluvia repentina lo moja por completo antes de que pudiera refugiarse en su casa, y que se une a la aventura pues cree que el Gran Oz le puede otorgar un corazón para poder sentir y amar de nuevo. Finalmente, el impresionante león que encuentran en lo más profundo del bosque y que resulta padecer de una terrible cobardía de la que quiere librarse, por lo que decide acompañar a Dorothy y sus nuevos amigos para pedirle a Oz que le proporcione valor.
¿Cómo no sorprenderse con el viaje lleno de aventuras que emprenden Dorothy, su perro Toto, y sus amigos? ¿Cómo olvidar aquel pueblo hecho de porcelana, a los hombrecillos sin miembros cuya cabeza se dispara como un resorte, al grupo de monos alados que cumplen los dictámenes de aquel que posea el sombrero de oro; o aquellos seres monstruosos que resultan combinaciones de animales diferentes, o aquella ciudad entera donde todos los habitantes deben llevar anteojos verdes?
Sin embargo, ¿qué conocemos sobre Lyman Frank Baum, el autor de esta gran obra?
¿Cómo no sorprenderse con el viaje lleno de aventuras que emprenden Dorothy, su perro Toto, y sus amigos? ¿Cómo olvidar aquel pueblo hecho de porcelana, a los hombrecillos sin miembros cuya cabeza se dispara como un resorte, al grupo de monos alados que cumplen los dictámenes de aquel que posea el sombrero de oro; o aquellos seres monstruosos que resultan combinaciones de animales diferentes, o aquella ciudad entera donde todos los habitantes deben llevar anteojos verdes?
Sin embargo, ¿qué conocemos sobre Lyman Frank Baum, el autor de esta gran obra?
Para que nos enteremos más sobre la vida y obra de el autor de El maravilloso Mago de Oz, traemos el siguiente artículo pulblicado en la revista de literatura infantil y juvenil Imaginaria:
L. Frank Baum
L. Frank Baum
Lyman Frank Baum nació en Chittenango, Nueva York, el 15 de mayo de 1856. Su padre, Benjamin Ward Baum hizo fortuna en la industria petrolera de Pensilvania. Frank, el séptimo de nueve hijos, fue enviado a la academia militar de Peekskill, sin embargo sólo duró allí dos años. En aquella época el periodismo de aficionados estaba de moda y el joven Baum de quince años convenció a su padre para que le comprase una imprenta. Con su hermano Harry publicó The Rose Lawn Home Journal, una revista literaria de cuatro páginas de corta duración. A los 17 años creó un segundo periódico amateur: The Stamp Collector que se ocupaba de la filatelia y un panfleto de 11 páginas: Baum’s Complete Stamp Dealers Directory.
En 1881, Baum se marchó a Nueva York a estudiar arte dramático y encontró trabajo con el nombre de George Brooks en una compañía de segunda categoría. Su padre le construyó un teatro de la ópera en Richburg (Nueva York). Este teatro no sólo sirvió para que pudiera desarrollar sus dotes actorales sino que también en él se representaron obras escritas por el propio Baum. Pero la Baum’s Opera House abrió el 29 de diciembre de 1881 y fue consumida por el fuego el 8 de marzo de 1882.
Para ese entonces había concluido tres obras de teatro y el día de su vigésimo sexto cumpleaños estrenó The Maid of Arran en Syracuse. Baum no se limitó a escribir la obra, sino que compuso también la letra y la música de las canciones además de desempeñar el papel masculino principal. La obra tuvo un éxito relativo. El 9 de noviembre de 1882 Frank se casó con Maud Gage, hija de Matilda Joslyn Gage, una famosa feminista.
En 1888 Baum y Maud se trasladaron a Aberdeen (Dakota del Sur) donde abrieron un bazar. La descripción de Kansas en el inicio de El Mago de Oz está inspirada en sus recuerdos de las praderas de Dakota del Sur. En 1889 una sequía asoló la región y el Bazar Baum debió cerrar el 1 de enero de 1890. En este mismo año Baum comenzó a editar un periódico local: Saturday Pioneer. Gran parte del periódico era material enlatado de una agencia de noticias, el resto de los artículos era escrito por el propio Baum, abarcando un amplio abanico de temas, desde el espiritismo hasta el sufragio femenino. Muchas de las editoriales también versaban sobre los duros tiempos económicos que estaba atravesando Dakota. Tras la quiebra del periódico en 1891 la familia Baum se trasladó a Chicago donde Frank encontró trabajo en el Evening Post. Sin embargo abandonó este empleo al cabo de un mes y aceptó un puesto como viajante de comercio en la Pitkin & Brooks, una compañía de venta al por mayor de porcelana y cristal.
A esta altura los Baum ya tenían cuatro hijos. Fue en los momentos de reunión familiar cuando surgieron las historias que integrarían sus primeros libros para niños: Mother Goose in Prose (Cuentos de Mamá Oca) y Adventures in Phun(n)iland.
Cuentos de Mamá Oca (1897) fue publicado por la prestigiosa y pequeña editorial de Chicago: la Way & Williams, con ilustraciones de Maxfield Parrish. La editorial sufrió problemas financieros y fue vendida a nuevos dueños, quienes dejaron que el libro se agotase sin reeditarlo.
En 1898 Baum compró una imprenta de pedal para publicar una edición limitada de una modesta colección de poemas: By the Candelabra’s Glare. William Wallace Denslow fue uno de los ilustradores que colaboraron gratuitamente en la publicación.
William Wallace Denslow (1856-1915)
En 1899 Baum y Denslow se asociaron para trabajar en un nuevo proyecto, la publicación de un
libro de canciones infantiles. Denslow hasta el momento no había ilustrado ningún cuento para niños. El libro que Baum y Denslow proyectaban era diferente a los demás libros infantiles de la época. Querían que las ilustraciones fueran en color, y era muy difícil que algún editor estuviera dispuesto a costearlas. Finalmente lograron que la empresa George M. Hill publicara el libro, pero a condición de que los autores pagaran las ilustraciones en color.
La primera edición de Father Goose. His Book (1899), de cinco mil setecientos ejemplares, se agotó rápidamente; y también varias ediciones posteriores.
Tapa de Father Goose. His Book
Hill publicó también The Songs of Father Goose (1900), una selección del libro anterior con música de Albert N. Hall. En 1900 publicó A New Wonderland con ilustraciones de Frank ver Beck. Hill también editó dos libros más de versos de Baum: The Army y The Navy Alphabet (ambos en 1900) ilustrados por Harry Kennedy.
El maravilloso Mago de Oz
Mientras Father Goose. His Book se vendía exitosamente Baum y Denslow ya estaban trabajando en un nuevo proyecto más ambicioso, un cuento maravilloso “modernizado” (1) que inicialmente se llamaría: The Emerald City, pero que luego cambió de título en varias ocasiones: From Kansas to Fairyland, The Land of Oz, hasta finalmente llegar a la imprenta con el título: The Wonderful Wizard of Oz (El maravilloso Mago de Oz). (2)
Sobre el origen de la historia Frank Baum solía comentar:
“Estaba sentado en el perchero del vestíbulo, contando un cuento a los niños, cuando de pronto apareció éste y tomó posesión de mí. Pedí a los niños que me dejaran solo, tomé una hoja de papel que había en el perchero y empecé a escribir. Parecía que se escribiera solo, la verdad. Después, como no tenía papel normal, seguí escribiendo en lo primero que encontré, incluso en sobres viejos.” (3)
En 1899 los autores firmaron un contrato según el cual las ganancias del libro se repartirían en partes iguales. Baum registró los derechos del texto y Denslow los correspondientes a las ilustraciones.
Ilustración de la página de créditos de la primera edición de El maravilloso Mago de Oz. Aunque en el copyright conste 1899 el libro no llegó a registrarse antes de 1900
El maravilloso Mago de Oz salió de la imprenta a fines de mayo de 1900. En octubre la editorial anunció que la primera edición de diez mil ejemplares se había agotado en dos semanas y que la segunda de quince mil estaba casi agotada.
Cubierta de la primera edición de El maravilloso Mago de Oz (1900)
Tanto Baum como Denslow recibieron toda clase de elogios por parte de la crítica. Al parecer había coincidencias en afirmar que El maravilloso Mago de Oz se destacaba notablemente de la mayoría de los libros editados para niños en el momento.
No sólo la historia sobresalía en relación con los demás libros infantiles, sino también la calidad de sus ilustraciones y el cuidado de la edición. Se trataba de un libro de lujo, con veinticuatro láminas en color y más de cien ilustraciones dentro del texto. Como en el caso de Father Goose. His Book, el costo de las ilustraciones estuvo a cargo de los autores. El trabajo de Denslow fue notable y así lo señalan los especialistas:
“Combinaba la claridad del arte japonés con una elegancia en la ornamentación y un control dignos del Art Nouveau. Sus trazos resueltos y sus colores planos y sólidos han debido de ser un bálsamo, después de los acostumbrados dibujos en blanco y negro excesivamente esquemáticos que inundaban gran parte de la literatura juvenil del momento.” (4)
W. W. Denslow (1856-1915)
Dos años después de la publicación del libro, Baum y Denslow se asociaron con el compositor Paul Tietjens y el director teatral Julian Mitchell para la producción de una fantasía musical con el nombre de El Mago de Oz. La obra fue reescrita varias veces y finalmente el libreto tuvo muy poco que ver con el cuento original. Así por ejemplo el perrito Totó fue reemplazado por la vaca Imogene, y Tryxie Tryfle, una camarera, y Pastoria, un operario de tranvía, fueron añadidos como compañeros de Dorothy durante la catástrofe del ciclón. La bruja del Oeste quedó eliminada de la historia y se incluyeron chistes que se referían al presidente Theodore Roosevelt y al magnate petrolero John Rockefeller.
La obra se estrenó el 16 de junio de 1902, fue un gran éxito y duró en cartel nueve años. Según señala Michael Patrick Hearn: “Gran parte del éxito del musical se debió a la dirección de Mitchell y la interpretación del elenco de actores. La música era mediocre y ninguna de las composiciones ha sobrevivido a la obra.” (5)
Cartel publicitario de la fantasía musical El Mago de Oz (1902)
El éxito de la obra teatral de El Mago de Oz redituó económicamente a sus autores (6), pero fue en ese mismo año que Denslow y Baum decidieron dejar de trabajar juntos. Su último libro hecho en colaboración fue: Dot and Tot of Merryland (1901)
Portada de la 3ra. edición del libro Dot and Tot of Merryland (1918)
En 1904 Reilly & Britton editó La maravillosa tierra de Oz, con ilustraciones de John R. Neill (1877-1943), que tuvo tanto éxito como El Mago de Oz. Quedó iniciada de este modo la larga serie de libros de Oz.
Interesado por la incipiente industria del cine Baum produjo una especie de documental de viajes por el país de Oz que combinaba proyección de diapositivas, cine y actores en directo con la lectura de Baum simulando un reportaje, y música en vivo: The Fairylogue and Radio-Plays (1908). Este costoso proyecto lo llevó a la quiebra.
Para sortear su difícil situación económica Baum cedió los derechos cinematográficos de varios de sus libros y se produjeron cuatro cortometrajes: The Wonderful Wizard of Oz, Dorothy and the Scarecrow in Oz, The Land of Oz y John Dough and the Querub, todos en 1910.
El 31 de marzo de 1913 se estrenó en Los Ángeles The Tik-Tok Man of Oz, una fantasía musical basada en Ozma of Oz, el tercer libro de la serie. Si bien en California la obra resultó un éxito, no fue bien acogida por el público en sus giras.
En 1914, con Baum como director, se fundó la Oz Film Manufacturing Company, una compañía cinematográfica cuyo propósito era el de hacer películas de los cuentos de Oz. La compañía llegó a filmar cuatro películas, sin embargo el proyecto no tuvo éxito y al poco tiempo la compañía debió cerrar.
Luego del fracaso de la Oz Film Manufacturing Company Baum se dedicó a escribir un libro de Oz por año hasta el momento de su muerte. Se llamaba a sí mismo: “Real Historiador de Oz” y llegó a escribir catorce libros de la serie en total.
Cartel publicitario de El maravilloso Mago de Oz (ilustrado por Denslow)
Además de la serie de Oz, Frank Baum escribió unas sesenta novelas más, 82 relatos cortos, más de 200 poemas y un número desconocido de guiones de teatro.
Folleto publicitario de los libros de L. Frank Baum publicados por la George M. Hill Company (1901)
A principios de 1918 se sometió a una operación quirúrgica. Desde entonces no logró recuperar su salud y murió el 6 de mayo de 1919 en su casa de Hollywood.
Caricatura de L. Frank Baum por W. W. Denslow
Luego de la muerte de su autor los libros de Oz subieron las ventas y la editorial decidió, con permiso de la esposa de Baum, continuar publicando cuentos de Oz con Ruth Plumly Thompson —una joven editora— como autora. El nombre de Baum figuraba en la cubierta y la portada pero los libros eran íntegramente obra de Thompson que siguió publicando libros de Oz hasta 1939. Otros autores, incluido John R. Neill, ilustrador de los libros a partir del segundo, continuaron la serie hasta completar el número de cuarenta títulos.
En 1925, seis años después de la muerte del autor, se estrenó la película El Mago de Oz con el guión de Frank J. Baum (hijo) y Oliver Hardy en el papel del leñador de hojalata. La película al parecer fue muy mala, no tenía demasiado vínculo con el libro y resultó un fracaso comercial.
En 1939 la Metro Goldwyn Mayer produjo el clásico musical El Mago de Oz protagonizado por Judy Garland como Dorothy. Entre las canciones compuestas por E.Y. Harburg y Harold Arlen Over the Rainbow ganó el Oscar a la mejor canción. La película obtuvo dos premios más de la Academia: a la mejor interpretación en obras infantiles para Judy Garland y a la mejor partitura original para Herbert Stothart. (7)
La película de la Metro no obtuvo beneficios inmediatamente, pero sí cuando empezó a aparecer en televisión en 1956. Es posible decir inclusive que llegó a igualar en fama al propio libro. De este modo la mayor parte de las traducciones que se hicieron de El mago de Oz se debieron a la popularidad que alcanzó la película de la Metro Goldwyn Mayer a nivel internacional.
Fotograma de El Mago de Oz de la Metro Goldwyn Mayer (1939)
Por la misma época en que la película El Mago de Oz se convertía en un clásico de Hollywood el libro sufrió la censura de algunos organismos oficiales y bibliotecarios de Estados Unidos. Durante el macarthismo y tiempo después la utopía de Baum llegó a ser interpretada absurdamente como una metáfora de inclinación comunista. En 1959 el Departamento de estado de Florida elaboró una lista de “libros fuera de circulación en bibliotecas oficiales”. Se acusaba a estas series de “mal escritas, falsas respecto a la vida, sensacionalistas, de sentimentalismo disparatado y, en consecuencia, no recomendables para los niños de nuestro país”. Los libros de Baum encabezaban esta lista. El Mago de Oz estuvo prohibido en las secciones infantiles de la red de bibliotecas públicas de Washington D. C. hasta el año 1966. (8)
Hoy este libro ocupa su lugar entre los clásicos infantiles, no sólo de su país sino del mundo entero. El Mago de Oz ha sido traducido a casi todas las lenguas del mundo.
Cartel publicitario de El maravilloso mago de Oz (ilustración de W.W. Denslow)
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