La literatura infantil entre la familia y la escuela



Del 9 al 12 de noviembre se llevó a cabo el XVIII Seminario Internacional de Fomento a la Lectura cuyo tema principal fue Familias y lectura. Las conjugaciones posibles.

Treinta especialistas de más de quince países prepararon ponencias para analizar y compartir sobre cómo la familia crea lectores y cómo la literatura acerca a las familias. Aquí les compartimos los puntos más importantes de la conferencia inaugural llamada La literatura infantil entre la familia y la escuela a cargo de la autora Ana María Machado.


Ana María Machado

Es escritora y presidenta de la Academia Brasileña de Letras. Es considerada como una de las autoras más completas y versátiles de su país. Ha publicado diez novelas, nueve libros de ensayos y más de cien títulos para niños. Su obra ha sido traducida y estudiada en varios países y por ella ha recibido más de 40 premios, entre los que destacan el Hans Christian Andersen, en Casa de las Américas, el Premio Iberoamericano SM de LIJ y muchos más.



Ana María Machado habló sobre cómo las historias para la niñez siempre se han asociado para lo pedagógico y lo doméstico. En estos temas se estableció una tradición pues se acompañaban de enseñanzas, de moral explícita e incluso dejaban de lado el arte literario. El género se desarrolló desde lo pedagógico y didáctico. Así, cuando los cuentos de hadas y relatos populares se reunieron en antologías se presentaban con obras relacionadas con la familia: cuentos de la abuela, las historias de la tía, etcétera.

Fue hasta la década de los años sesenta se dio el book de la LIJ en Brasil. Consistió en la conjunción de una generación que en su infancia había sido lectora de Monteiro Lobato. En esta época muchos artistas de muchas áreas fueron callados y se acercaron a la LIJ porque no llamaba la atención de las autoridades. Eran artistas que no provenían de la tradición, no daban consejos. Ellos tenían esa sensibilidad poética, y calidad narrativa que la LIJ de la época no tenía. De esta forma produjeron muchos textos. Los lectores se acercaron como fieles. Las editoriales los publicaron en revistas y luego en libros. Se lograron una gran cantidad de libros de calidad, el problema era llegar a los niños de todas partes en un país de escasos recursos.

De esta forma se creó un embrión de bibliotecas, el proyecto constaba de 4 colecciones de 15 títulos, los libros tenían manuales, una bolsa que podría ser colgada en cualquier parte. Fue una de las más grandes. Empresas públicas y privadas ayudaron con publicidad y otras cosas. Incluso los autores dieron parte de sus regalías. Se comprobó que era posible que los libros llegaran a los niños.

De este programa se creó el proyecto Literatura en mi casa para unir literatura, escuela y familia. Las escuelas del país recibía un paquete con cinco libros que los niños podían llevar a su casa. Como recibían diferentes libros, los niños se los prestaban y al final leían muchos títulos. Pasaban de un hermano a otro en casa. Los treinta mil ejemplares, se hicieron al final dos millones, cada año pedían distintos géneros. Cada año cambiaban. El jurado tenían cincuenta y cuatro especialistas y votaban. Tenía que dar argumentos escritos para hacer todo el proceso de selección más transparente y responsables. Todas esas opiniones se publicaban. Actualmente se publican en internet.

A través de los alumnos los libros alcanzaban a las familias. Ana María Machado recibió cartas de abuelos y padres que no sabían leer donde discutían las situaciones, proponían otros temas e incluso completaban la trama. En su mayoría contaban que eran los primeros libros que estaban en su casa y lo orgullosos que se sentían de que sus hijos y nietos leyeran.

Con el cambio de gobierno el programa se suspendió. Pero la presión de las familias fue tal que el programa tuvo que continuar para actualizar las bibliotecas escolares. Las dificultades son la formación de profesores. Se sienten incómodos ante lecturas difíciles. Se empezó a atacar ese problema y se tienen buenos resultados. El otro problema es la economía. Desde hace 18 años es la primera vez que se ha suspendido. Para muchos niños es sus única oportunidad para tener contacto con libros de calidad. Y aún las familias reclaman su derecho al acceso a la literatura. Eso es muestra de los tiempos están cambiando.

Para conocer más de Ana María Machado visita su sitio: www.anamariamachado.com

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