A 25 años de su muerte: Luis Espota

Luis Espota es un caso extraodinario en la literatura Mexicana. Pues a pesar de que se le acusaba de manejar una “prosa utilitaria”, es decir que no tenía mayores aspiraciones artísticas (cosa que podría resultar falsa, pensando el caso de su novela "Casi el paraíso": magnífica por su prosa, por su técnica y por las propuestas que contiene), de no formar parte de grupo alguno, y ni siquiera tener un representante, sus novelas fueron traducidas a más de veinte idiomas. 
En México, la mayor parte de ellas se reimprimía cada año en un promedio de cien mil ejemplares.



Luis Espota fue una figura del periodismo, de la literatura e incluso de la fotografía. 

Periodista precoz, a los 14 años ya había realizado algunas entrevistas, como la del aviador Francisco Sarabia en 1939, sin embargo, no fue hasta 1941 que Spota ingresó al periodismo profesional, en la revista Hoy. En ese mismo año empezó a escribir sobre cine en la revista Mujeres y deportes, además de la revista Novelas de la Pantalla.

También escribió para Excélsior: “Luis Spota ganó, en una ocasión, el encabezado a ocho columnas de la primera plana de Excélsior durante cuarenta y tres días consecutivos. Además de que pudo ver publicadas, en esa misma plana, diez notas suyas el mismo día. Por su juventud y su vertiginosa trayectoria, en los medios periodísticos lo conocían como el niño terrible de Bucareli” (PERALTA, Elda. Luis Spota: las sustancias de la tierra. Una biografía íntima. Ed. Grijalbo, México, 1990. P. 89).

En Últimas Noticias de Excélsior; escribió la columna Rezagos que reemplazó a Side Car de Salvador Novo y suscribió la columna Pericles, 1943-1944, en la que colaboró con Rafael Heliodoro Valle.

A los 21 años fue nombrado director de Últimas Noticias, Segunda Edición de Excélsior (1945-1947). Escribió en la revista Mañana, donde fue jefe de redacción y escribió excelentes reportajes, como aquel por el cual obtuvo el Premio de Periodismo 1948 de la Asociación Nacional de Periodistas. El artículo se publicó el 7 de agosto de 1948 y versaba sobre el novelista Bruno Traven, cuya identidad Spota trató de develar.

También escribió en Mire y dirigió Claridades. Colaboró en Política y en Novedades, 1949, notas sobre arte: Derecho de picaporte, así mismo en Novedades escribió la columna 24 horas. Dirigió la revista cultural Espejo (1967-1969) y fungió como responsable de El Heraldo Cultural (1965-1985), suplemento de El Heraldo de México.

Su incursión en el teatro fue breve, destacan: Ellos pueden esperar (estreno 1947, Dir. José de Jesús Aceves. Teatro de Bellas Artes), El aria de los sometidos (estreno 1998, Teatro Rafael Solana) y Dos veces la lluvia.

Su carrera en la radiodifusión mexicana comenzó en 1949 en la XEW. En 1952 y 1953 ganó los premios al Mejor Comentarista Radiofónico. Su primer encargo en la televisión fue Magazine Televisado (1958). En mancuerna con Rafael Solana presentó Tribunal cinematográfico (1959), programa de crítica en el canal 4 de televisión. A partir de 1969 y con una duración de 18 meses, Luis Spota fue el titular del programa Grandes Series de Golf para el canal 8 de Televisión Independiente Mexicana. En 1973, Spota regresó a Televisa como comentarista. Él y Lolita Ayala conducían un programa diario de entrevistas a invitados: Cada noche lo inesperado.

Como entrevistador de la televisión tuvo gran éxito con el programa La hora 25. También fue titular de Diálogo abierto y Fuera de serie: “Luis Ingresó al Canal 13 —la televisión del estado— en 1974. (…) Fuera de serie, presentaba y matizaba sus comentarios, reportajes de actualidad histórica que el departamento de producción adquiría en el extranjero. A ese programa semanal Luis agregó, a partir de 1977, otro de entrevistas: La hora 25, aquí dialogaba con algún invitado en torno a temas de actualidad política o cultural (…)” (Ibid, P. 289). En 1978 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo.

Escritor de enorme producción literaria, Luis Spota obtuvo en dos ocasiones el Premio Ciudad de México: 1950 y 1954 por sus novelas Más cornadas da el hambre y Las grandes aguas.

Spota fue autor de alrededor de 30 novelas, entre ellas: El coronel fue echado al mar (1947), Murieron a mitad del río (1948), Más cornadas da el hambre (1950), La estrella vacía (1950), Las grandes aguas (1954), Casi el paraiso (1956), Las horas violentas (1958), La sangre enemiga (1959), El tiempo de la ira (1960), La pequeña edad (1964), La carcajada del gato (1964), Los sueños del insomnio (1966), Lo de antes (1968), La plaza (1971), El viaje (1971), Las cajas (1973), Retrato hablado (1975), Palabras mayores (1985), Sobre la marcha (1976), El primer día (1977), El rostro del sueño (1979), La víspera del trueno (1980), Mitad oscura (1982), Paraíso 25 (1983), Los días contados e Historia de familia, obra que dejó inconclusa.

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